CONTAMINANTES PRIMARIOS Y SECUNDARIOS

Las sustancias que son hidrocarburos como el NO2 y otros COVs que se emiten inicialmente en el aire, se denominan contaminantes primarios; por el contrario aquellos que se forman a partir de estos últimos como O3 y HNO3 se denominan contaminantes secundarios.
https://es.gizmodo.com/a-que-distancia-debes-estar-para-sobrevivir-a-la-erupc-1763545171



COVs: conjunto de hidrocarburos que, en circunstancias normales se encuentran en forma gaseosa a temperatura ambiente, o bien, tienen una alta volatilidad en esas condiciones. La normativa europea los define como compuestos orgánicos con una presión de vapor inferior a 0,01kPa a 293,15 K.

BIBLIOGRAFÍA:
MORRIS, Hein. "Fundamento de química", (2004). Editorial Iberoamérica.
COVs: Consejo de la Unión Europea (11 de marzo de 1999).

DIÓXIDO DE AZUFRE

El dióxido de azufre (SO2) es un gas incoloro, que puede ser detectado por su sabor en concentraciones entre 1000 y 3000 g/m3 (aproximadamente 0.38 y 1.15 ppm). En concentraciones superiores a los 10,000 g/m3 (casi 3 ppm) tiene un olor caustico irritante. Se disuelve con facilidad en agua para formar ácido sulfuroso (H2SO3); este último se oxida lentamente y forma ácido sulfúrico con el oxígeno del aire (en presencia de catalizadores como el magnesio y el hierro se oxidará más rápidamente). el cual, junto con el HNO3 y agua, forman lluvia ácida. Ésta daña los cultivos, los bosques, los materiales, los monumentos históricos (es bien conocido el deterioro que han sufrido las zonas arqueológicas mayas en el sur-sureste del país). También, acidifica los suelos y el agua de lagos y ríos. El ácido sulfúrico también se convierte en partículas sólidas (sulfatos) que reducen notablemente la visibilidad.

El SO2 reacciona catalíticamente o de forma fotoquímica en fase gaseosa con otros gases contaminantes para producir trióxido de azufre, ácido sulfúrico, sulfitos y sulfatos que son aun más irritantes para el sistema respiratorio que el mismo SO2.

El bióxido de azufre se genera tanto en fuentes naturales como son las erupciones volcánicas y la actividad geotérmica que libera grandes cantidades de dióxido de azufre, junto con pequeñas cantidades de trióxido de azufre, azufre elemental, sulfuro de hidrógeno y sulfatos en forma de partículas. Sin embargo, la mayor fuente natural es la oxidación del material orgánico que contiene azufre o la reducción del sulfuro de hidrógeno en condiciones anaerobias. En fuentes antropogénicas proviene de la quema de combustibles que contienen azufre tales como carbón o aceite; durante el proceso de refinamiento del petróleo para extraer gasolina, en la producción de ácido sulfúrico o cuando los metales son extraídos de las menas de algunos minerales como el aluminio, cobre, zinc, hierro y plomo.

El daño que causa el SO2 en las plantas es visible ya que se manifiesta por el amarillamiento de las hojas, con lo que se disminuye la capacidad de estas de captar el CO2 y convertirlo a O2.

Los óxidos de azufre son solubles en agua, por lo que pueden formar ácidos agresivos, así, estos pueden hidratarse con la humedad de la mucosa conjuntival y respiratoria, y constituir un riesgo para la salud. Los óxidos de azufre penetran en los pulmones y se convierten en agentes irritantes, los aerosoles sulfatados son de tres a cuatro veces más potentes que el bióxido de azufre y también penetran hasta los pulmones ocasionando vulnerabilidad en las defensas.

El dióxido de azufre es causante de enfermedades respiratorias como broncoconstricción, bronquitis y traqueítis, también puede causar broncoespasmos en personas sensibles como los asmáticos, agravamiento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares existentes, incluso la muerte. Si bien los efectos señalados dependen en gran medida de la sensibilidad de cada individuo, los grupos de población vulnerables al dióxido de azufre son los niños y adultos mayores, principalmente personas que padecen asma y enfermedades pulmonares crónicas como bronquitis y enfisema.
La combinación de óxidos de azufre y partículas suspendidas actúan sinérgicamente produciendo un efecto combinado mucho más nocivo que el efecto individual. Experimentos realizados en animales expuestos a concentraciones de SO2 de 9 a 50 partes por millón (ppm), muestran cambios morfológicos y funcionales permanentes similares a los que se presentan con bronquitis crónica.

http://rama.edomex.gob.mx/contaminacion-atmosferica/caracteristicas

DIÓXIDO DE NITRÓGENO

El dióxido de nitrógeno es un gas rojo – naranja – café de olor repugnante característico, es altamente corrosivo y un gran oxidante. Fisiológicamente es irritante y tóxico. Es precursor del ozono troposférico y responsable de la lluvia ácida; causa problemas de visibilidad y origina que en el horizonte objetos blancos se aprecien de color amarillo pálido o café rojizo. Se produce principalmente en los procesos de combustión a altas temperaturas, es capaz de absorber luz visible, lo cual contribuye a la disminución de la visibilidad.

Este gas pertenece a los óxidos de nitrógeno (NOx), término genérico comúnmente empleado para referirse a un grupo de gases altamente reactivos, que contienen diferentes cantidades de oxígeno y nitrógeno como el monóxido de nitrógeno conocido como óxido nítrico (NO) y bióxido de nitrógeno (NO2).
Las concentraciones en la naturaleza del bióxido de nitrógeno oscilan entre las 10 y 50 ppb (partes por billón), provenientes por la quema de biomasa, la actividad bacteriana y volcánica, y en menor grado por descargas eléctricas por las tormentas.
Los óxidos de nitrógeno se forman cuando un combustible es quemado a altas temperaturas y/o cuando éste contiene compuestos nitrogenados. Las principales fuentes antropogénicas de los óxidos de nitrógeno (NOx), son los vehículos automotores, plantas de generación de electricidad y otras fuentes industriales, comerciales y residenciales que queman combustibles fósiles. En la actividad industrial se produce principalmente óxido nítrico, durante la combustión a altas temperaturas, la cantidad de monóxido de nitrógeno (NO) dependerá de las condiciones en que se lleve a cabo la combustión. El monóxido de nitrógeno, óxido nítrico u óxido de nitrógeno NO es un gas incoloro y poco soluble en agua. Se le considera un agente tóxico.
El dióxido de nitrógeno fisiológicamente es irritante y tóxico. Es precursor del ozono troposférico y responsable de la lluvia ácida; causa problemas de visibilidad y origina que en el horizonte objetos blancos se aprecien de color amarillo pálido o café rojizo. Afecta principalmente al sistema respiratorio. La exposición a corto plazo en altos niveles causa daños en las células pulmonares mientras que la exposición a más largo plazo en niveles bajos puede causar cambios irreversibles en el tejido pulmonar similares a un enfisema. Se estima que el bióxido de nitrógeno es cuatro veces más tóxico que el óxido nítrico.

La acumulación de bióxido de nitrógeno en el cuerpo humano altera la capacidad de respuesta de las células en procesos inflamatorios, el aumento progresivo en la exposición al NO2 puede producir problemas de percepción olfativa, molestias respiratorias, dolores respiratorios agudos y edema pulmonar. Estudios clínicos controlados con humanos indican que las personas con asma, representan el grupo más vulnerable a los efectos del bióxido de nitrógeno.

http://empresayeconomia.republica.com/desarrollo-sostenible/en-madrid-se-supera-continuamente-el-limite-maximo-permitido-de-dioxido-de-nitrogeno.html

BIBLIOGRAFÍA:

ESCALA IMECA

La escala del IMECA está basada fundamentalmente en la definición de dos puntos de quiebre: el umbral crítico que define el valor IMECA 100 y el que define el valor IMECA 500. Como puede verse en los cuadros 1 y 2, los puntos de quiebre de la escala del IMECA corresponden de manera muy cercana (en algunos casos exacta) con los niveles “primario” y de “daño significativo” de la norma federal de calidad del aire de los Estados Unidos de América (NAAQS National Ambient Air Quality Standards; Thom y Ott, 1975). De hecho, el IMECA reconoce haber sido adaptado del índice de Ott y Thom (1975) para los Estados Unidos, que esta a su vez basado en las normas federales. Sin embargo, los umbrales del IMECA 100 son algo más permisivas que los aceptados en otros países, como Japón, o en algunas regiones particulares de los Estados Unidos. Este problema es particularmente notable en el caso del ozono: mientras que la norma mexicana reconoce valores inferiores a 0.11 ppm como tolerables, la norma NAAQS para California establece que valores superiores a 0.08 ppm no deberían presentarse más que en una sola vez al año y con duración menor a una hora. La diferencia es crítica: si el IMECA adoptara la norma californiana, la mayor parte del tiempo la atmósfera de la ciudad de México debería considerarse como dentro del nivel de alerta poblacional.

La descripción de los niveles de daño a la salud humana, asociados a los diferentes puntajes del IMECA, es por un lado demasiado larga y compleja, y por el otro parece restarles importancia a los verdaderos riesgos asociados con situaciones prolongadas de acumulación de contaminantes sobre la atmósfera de la ciudad. En distintos organismos internacionales existe el consenso de que cualquier nivel por encima del IMECA 100 es muy dañino para la salud humana en general, sobre todo si se prolonga por varias horas o días, y que a largo plazo ocasiona algo más que simples “molestias menores en personas sensibles”. El IMECA, tal como se informa actualmente a la población, no marca diferencia alguna entre un nivel 100 que se prolonga sólo una hora, y niveles similares que se prolonguen por varias horas o aun días.

En el futuro, será necesario informar a la población de los niveles reales de contaminación atmosférica que se detectan sobre la ciudad Para ello, se debería informar de todos los contaminantes que superen el nivel 100 del IMECA, y no solo del “operador máximo”. Por otro lado, sería conveniente anexar a la información que se distribuye a los medios de difusión, las concentraciones equivalentes en partes por millón (ppm) o en µg/m3, de los niveles indicados para cada contaminante. Muchos habitantes de la ciudad, con educación técnica o con formación en ciencia ambientales desean conocer, además del índice, los valores reales de contaminación que se registran.

Valores del IMECA y valor líimite de activación para la precontingencia y contingencia de O3 y PM10 en la Zona Metropolitana del Valle de México

BIBLIOGRAFÍA:
http://www.revistaciencias.unam.mx/en/170-revistas/revista-ciencias-22/1537-%C2%BFqu%C3%A9-mide-el-imeca.html



¿QUÉ ES EL ÍNDICE DE CALIDAD DEL AIRE?

Para que la población pueda saber, si los niveles de contaminación del aire son satisfactorios o no, se estableció una unidad de medida denominado Índice de Calidad del Aire


El límite considerado satisfactorio para cada uno de los contaminantes atmosféricos, se representa con un valor de 100 puntos, que corresponde al valor que establecen las normas de calidad del aire para cada uno de los contaminantes.



IMECA

El índice de calidad del aire es la medida que se usa en la ciudad de México para informar a la población acerca de los niveles de contaminación atmosférica; conocido como IMECA (Índice Metropolitano de Calidad del Aire; SEDUE, 1985), está basado en una metodología sencilla de cálculo, a partir de dos “puntos de quiebre”. Los puntos de quiebre son valores estadísticamente conocidos, por encima de los cuales ocurren alteraciones significativas en la fisiología de las poblaciones humanas. 


Las rectas que unen los puntos de quiebre sirven para convertir valores de concentración de contaminantes en el aire en valores de una escala arbitraria que va de 0 a 500 puntos IMECA, la cual da una idea subjetiva del grado de peligrosidad asociado a los niveles de contaminación del aire. Los índices obtenidos de estas rectas (conocidas por SEDUE como “funciones linealmente segmentadas”) son seis en total, y miden la calidad del aire respecto de:



Partículas sólidas en suspensión.

2. Bióxido de azufre.
3. Ozono.
4. Monóxido de carbono.
5. Óxidos de nitrógeno, y

6. Un término que mide la acción sinergística del bióxido de azufre con las partícula sólidas en suspensión.
http://ecoosfera.com/2016/05/sencillas-acciones-para-reducir-la-contaminacion-y-la-contingencia-ambiental/


BIBLIOGRAFÍA:
http://www.revistaciencias.unam.mx/en/170-revistas/revista-ciencias-22/1537-%C2%BFqu%C3%A9-mide-el-imeca.html

¿CÓMO PODEMOS CONTRIBUIR EN LA VIDA DIARIA PARA MEJORAR LA CALIDAD DEL AIRE?

La contaminación atmosférica afecta a la salud de los seres vivos del planeta. Un cambio sobre la atmósfera puede ir acompañado de una repercusión sobre los seres vivos. Algunas acciones que pueden tenerse en cuenta para mejorar la calidad del aire son:

MOVILIDAD SOSTENIBLE
- Desplácese a pie o en bicicleta en recorridos cortos.
- Utilice el transporte público y reduzca al máximo el uso del vehículo particular.
- Aproveche los servicios cercanos y evite desplazamientos innecesarios con vehículo particular.

- Si es necesario utilizar el transporte privado, considere la opción de compartirlo siempre que sea posible.

CONSUMO RESPONSABLE
- En el caso de la adquisición de vehículos, infórmese sobre los valores de emisiones contaminantes.
- Tenga en cuenta los productos y servicios con etiquetados y certificaciones ecológicas.
- Priorice los productos locales frente a los que requieren transporte internacional.
- Evite artículos que contengan productos tóxicos y busque alternativas ecológicas.

ENERGÍA
- Evite el derroche energético en todos los ámbitos.
- Adquiera aparatos teniendo en cuenta criterios de eficiencia energética. Los electrodomésticos de clase A son los más sostenibles.

RESIDUOS
- Incorpore criterios de prevención de residuos desde el momento en el que adquiera un producto.
- Utilice los sistemas de recogida selectiva y la red de desechos.

La mayoría de acciones están directamente vinculadas a la huella de carbono y a nuestra manera de vivir y a los hábitos adquiridos. Plantearse alternativas ha dejado de ser recomendable y se ha convertido en necesario en todos los ámbitos.


BIBLIOGRAFÍA:

¿PARA QUÉ SIRVE LA HUELLA DE CARBONO?

El concepto Huella de Carbón fue ideado para tener una herramienta que pueda medir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero generadas desde un individuo hasta la mayor corporación. Una vez obtenida la huella se está en posesión de una serie de datos que permiten planificar su reducción partiendo de ellos. Así que es un método útil, al menos en teoría, para poder cuantificar, reducir y neutralizar las emisiones de CO2 y así contribuir a mitigación el Cambio Climático.